jueves, 1 de mayo de 2008

La tristeza planea sobre nosotros en forma de ave

El pequeño Sami pasó a la mejor vida hace dos días. Yo sabía que éste era el resultado más probable: la veterinaria a la que fui me advirtió que era muy, muy complicado sacar adelante a un polluelo que acababa de salir del cascarón, pero aún así no puedo remediar sentirme triste y abatida, después de tenerlo respirando sobre mi mano. Me hubiera gustado verlo convertido en un mirlo fuerte y brillante con sus plumas negras...

1 comentario:

a veces yo dijo...

Joder, esta historia por capítulos ha sido de lo más desgarradora. Está visto que te falta práctica como "mamá polluela". En fin, un beso grande.