martes, 5 de febrero de 2008

Recortes

Este año, inevitablemente, se está conviertiendo en un resumen, en una carpeta de recortes que de alguna manera quieren organizarse, agruparse, tejer un hilo inequívoco en el tiempo. Por más que intento evitarlo, hay cosas que permanentemente invitan a recordar, a echar la vista atrás; las preguntas de Alberto sobre qué hacíamos en el año 1998, el encuentro vía Internet con mis antiguos compañeros de colegio/instituto de cuando todavía hablaba y escribía en otra lengua (con algunos de ellos pasé 11 años en el mismo aula, pero eso merece un post aparte), las charlas con Juanjo o con Alberto acerca de no dejar nunca de hacer cosas que uno desea hacer y que a lo mejor ha pospuesto en algún momento, el hecho que me haya encontrado alguien de quien no pensaba volver a tener noticias. Y no sé por qué tan repentinamente se hace este bucle en el tiempo, pero es como si algo me estuviera preparando para cruzar la línea de los 30 años que cumpliré dentro de unos meses, o como si me estuviera esperando algún cambio que previamente exigiera recapitular lo que ha sido hasta ahora para dar el paso siguiente con más convicción, con más fuerza. No lo sé. Pero hoy, dejando otras reflexiones para otros post, empezaré con contar mi año 1998.

A estas alturas del 98 yo apenas llevaba unos meses en España. Pasaba las mañanas tocando el piano y las tardes en la facultad de Ciencias de la Información, como se llamaba por aquel entonces, en un edificio que se nos caía a cachos. Estaba perdida entre el bullicio de mis compañeros, iba a los exámenes con diccionario debajo del brazo, y me sentaba con un grupo de cinco chicas de las que dos, Paola y Marta, siguen siendo mis amigas. En primer trimestre cogía apuntes con lápiz, para corregir luego las faltas; en el segundo la mitad de clase me los pedía para fotocopiarlos. Sacaba unos cinco libros a la semana de la biblioteca, y era la primera que se quedaba dormida en todas las fiestas y salidas nocturnas. Todavía no conocía a Alberto, ni a Lola, ni a Diana; eso sí, Alma ya se convirtió en alguien importante para mi. En clases más aburridas escribía cartas muy largas a mi amiga Liliana, a la que le describía este mundo para mi todavía incomprensible. No leía poesía, y mucho menos la escribía. Era muy tímida, y además siempre temía no entender bien lo que me decían. En algún momento apareció alguien en mi vida, pero luego se fue lejos. Ese año saqué notas mediocres, pero asistí a clases maravillosas de Adrián, Manuel Ángel o Pilar. Me sentía sola. Me sentía extraña. Me sentía perdida.

Definitivamente, es un año al que no me gustaría volver.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Curioso que te de por pensar ahora en aquellos días de hace diez años.
Yo los recuerdo con agobio, en eso estoy contigo.
Pensaba en todo lo que me quedaba por hacer, en si lo quería hacer.
Pensaba en irme de casa a como diera lugar, de hecho hice un viaje, descubrí París, y me enamoró. Nada pudo, ni podrá nunca, borrar su luz de mi memoria.
Me convencía de que era feliz, o de que podía serlo aun sintiendo que me faltaba algo.
Tampoco yo deseo volver. Pero decido quedarme con los buenos momentos, que los hubo, por ejemplo pensando que el 98 te trajo a España, y con ello a mi vida.
Espero estar siempre entre tus recortes.
Un beso

Anónimo dijo...

¡Diez años que te conozcooooooo!Diez años desde aquel "yo vengo de Polonia"...jajaja. Para mí fue un tiempo de más despreocupación, menos responsabilidades, más ilusión, más inocencia...Tenía pareja, familia unida y un buen grupo de amigos con quien pasarlo bien. Fue sin duda un año positivo (los pares son los míos)y me alegro de que te sentaras a mi laíto el primer día de clase. Quién nos iba a disí que diez años más tarde seríamo dó mujere de provesho que programan sus peaso vacasione juntita!!! MUAAAAAAAAAAAA

Urban Residue dijo...

Mi memoria de aquel ano es un poco diferente. Desde el primer momento que me hablaste despues de clase, nunca te vi tan "timida" como sugieres.

Creo que sea normal dudar un poco por donde se va en la vida cuando se cumple los 30. Yo tuve el momento de sentir que los suenos de antes fueron nada mas que mentiras, y que todo el esfuerzo que yo habia investido no me valia nada... Quizas es un proceso productivo, por que se tiene que tomar en cuenta lo que es mas importante, y decidir que se tiene que hacer para lograrlo.

Martika dijo...

Lolita,

Cariño, tú eres mucho más que un recorte. Leñe, que son ya muchos años de amistad y por cosas varias hemos pasado, y eres ya una parte de mi familia. Un beso enorme.

Pao,

Por mucho que te escondas bajo el anonimato, siempre te reconoceré!!! Jua, jua, jua!!! Y ahora en serio, gracias por haber estado allí, si no fuera por ti ese año hubiera sido todavía más difícil. Ah, y somos mujeres de provecho? De verdad? :P

Jay,

Hombre, cuando quería perdía un poco de esa timidez... Pero tú ni te podías imaginar lo verde que estaba entonces, jeje. Por otro lado, yo no tengo demasiadas dudas acerca de por dónde va mi vida en estos momentos; es más, si digo que no volvería a mis 20 años es porque en aquella época sí que estaba muy perdida y hoy en día prefiero viajar con todo el equipaje acumulado desde entonces. Mis sueños han cambiado, pero no es algo que me desespere, y además cada vez encuentro y descubro nuevos y nuevos. :)
Por cierto, tu español es mucho mejor de lo que recuerdo... :)

Gata dijo...

No te asustes que volver al pasado, por mucho que quieras, no puedes!!!

Besos de tu hermanita

Martika dijo...

No dejas de tener razón, hermanita...
Un besote!!!