sábado, 26 de enero de 2008

Dos días, dos películas

Disfrutando de un pequeño parón entre los exámenes (que son la causa más directa de escribir poco aquí últimamente), he aprovechado los dos últimos días para ir al cine. Primero una película libanesa que está actualmente en cartelera: "Caramel" de Nadine Labaki. Un film sencillo que cuenta la vida de cinco mujeres que se enfrentan a su manera a la vida, al amor, a distintos problemas morales, y cuyas decisiones no siempre son fáciles, aunque sea quizás las más correctas (es que tantas y tantas veces lo correcto nos rompe el alma...). Una luz muy especial, muy cálida, de tonos anaranjados, y una música también digna de mención.
La segunda película es algo absolutamente opuesto. "La eternidad y un día" del director griego Theo Angelopoulus (la última del ciclo dedicado a este director en Fundación Cajasol de Sevilla) es una película lenta, pausada, que deja al espectador sobrecogido por su luz cansada, fría, que en algunas escenas casi hiela, como en aquella de la frontera, que parece la boca misma del infierno. Me encantaron las cartas de la mujer al viejo (o entonces no tan viejo) poeta, que son amor, mar y poesía al mismo tiempo. Me encantó la idea de vendedor de palabras. Y la música, que aparece poco, pero que recuerda las olas tranquilas meciéndose al sol. Altamente recomendable, eso sí, en algún día tranquilo y sin estrés, porque tiene un ritmo muy pausado.

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