lunes, 24 de diciembre de 2007

Navidad (y van III)

Aunque ya hace bastantes años que vivo en España, la Navidad la sigo celebrando de acuerdo con las tradiciones de mi país (que es Polonia, por si alguien todavía no se ha enterado). El día 24 de diciembre es muy especial para nosotros. Cuando uno es pequeño, porque ese día nada más despertarse uno corre hasta el árbol para ver todos los regalos que durante la noche había traído el que aquí se hace llamar Papá Noel, pero que en mi tierra llamamos "Gwiazdor", que viene a significar "el hombre de las estrellas". Los regalos se quedarán allí todo el día, porque sólo se abrirán después de la cena. Y la cena se empieza a preparar desde por la mañana, y en realidad es algo entre la comida y la cena, porque empieza sobre las 4 de la tarde, cuando sale la primera estrella, y termina a las tantas de la noche; claro, como el número de los platos también está determinado por la tradición, y suele haber por lo bajo unos 13, pues no es de extrañar...

Pero antes hay que preparar la mesa; el mantel siempre es blanco, y en los pueblos la tradición es meter algo de paja debajo, para recordar al establo donde nació Jesús. Otro detalle importante: siempre hay en la mesa un plato más del número de comensales, por si en último momento viene alguien que no tiene familia con la que pasar ese día. Y antes de empezar a comer, se reparte una oblea entre todos los familiares deseándoles suerte y felicidad para todo el año siguiente.

Según la tradición, el día 24 no se come carne. Los platos principales son, por tanto, de pescado, tanto servido en frío como en caliente; luego también están empanadillas de setas, col con setas, sopa de remolacha y, como no, muchos, muchos dulces... Vamos, lo típico de las Navidades: comer hasta no poder más...

Y entre plato y plato, los villancicos, como no...

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