"Si estás deportado, ¿por qué no haces saber de ti? Los otros lo hacen. ¿Es que ya no me quieres? No sé por qué, pero no lo creo. Enconces, o estás deportado o te has muerto. Si es así, te pido que me dejes, que me des libertad para vivir, para respirar este aire". Y ella misma contestaba por él: "Eres libre... ¿Acaso te retengo?". Ella replicaba: "Eso no es una respuesta. Vete de mi memoria, sólo entonces seré libre...".
Mijaíl A. Bulgákov, "El maestro y Margarita"
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