jueves, 15 de mayo de 2008

A mi hermana

Para mi también ha sido un gustazo volver a tocar contigo, hermanita. Como siempre. Porque al tocar siempre desprendes la misma fuerza, el mismo empuje que, inevitablemente, me recuerda cómo tienen que sonar las cosas. Y porque entonces se producen esos momentos mágicos en los que parece que las dos respiramos al mismo tiempo, donde no importa que repentinamente se nos ocurra hacer cosas que nunca hemos hecho antes y que no habíamos ensayado, porque todo tiene su lógica, todo está en su sitio, y las dos sabemos que la otra lo va a entender sin palabras de por medio. Porque así es la música. Y no importa que desde la calle nos acompañe una banda de cornetas :)

Lo dicho; un placer. Y nos vemos en el siguiente.

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