viernes, 30 de noviembre de 2007

Surrealismos (I)

Acabo de vivir la semana más surrealista de mi vida. Vamos, una historia digna de ser convertida en guión de una película de Woody Allen (Alberto, si te interesa ya te la cuento...). He pasado dos días sin dormir, casi sin comer, y en clase no llegaba a dar valores por encima de una corchea (eso es para decir que iba más lenta que un ordenador viejo). El estómago se me encogió como un puño y parecía pegarse a la espalda. He pasado por situaciones de lo más diversas en mi vida, pero desde luego nunca me había sentido tan mal, además sin comerlo ni beberlo.

Hoy he vuelto a reirme a carcajada limpia. A veces no queda más remedio; cuando la vida se ríe de ti, hay que reirse con ella. Que los llantos queden para los funerales.

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